06 marzo 2005

Falleció Gladys Marín

Gladys Marín, presidenta del Partido Comunista de Chile y una de las más férreas opositoras del gobierno de facto de Augusto Pinochet, falleció en la madrugada de este domingo, víctima de un cáncer cerebral.
Según un comunicado difundido por el secretario general de la agrupación de izquierda, Guillermo Teillier, el deceso de la dirigente de 63 años tuvo lugar a la 1 de la mañana (4 GMT) en su casa de Santiago, tras una larga agonía.
"Tenemos la certeza de que su figura ya no pertenece sólo a quienes militamos en las filas de su partido, así lo entendemos y así procedemos al convocar a los justos homenajes y expresiones de admiración y cariño (...) Con Gladys, mil veces venceremos", expresó Teillier.
El gobierno del presidente Ricargo Lagos decretó dos días de duelo nacional.

Miles de personas
Los restos de Gladys Marín son velados en el salón de honor del antiguo Congreso Nacional, en el centro de la capital chilena.
Varios representantes de la clase política chilena expresaron sus condolencias a la familia de Marín, entre ellos las precandidatas a la presidencia por la gobernante Concertación de Partidos por la Democracia, Soledad Alvear y Michelle Bachelet, el presidente del Partido Socialista, Ricardo Núñez, y la diputada Isabel Allende, hija del ex mandatario Salvador Allende.
Miles de personas han llegado hasta el recinto para dar un último homenaje a la dirigente.
Su funeral tendrá lugar el martes, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer.

Pinochet, el enemigo
Marín tuvo una larga trayectoria política, siendo electa dos veces diputada, antes del golpe de Estado de septiembre de 1973, cuando su grupo político fue proscrito.
Posteriormente, se convirtió en una de las piezas clave de la resistencia contra el gobierno militar (1973-1990), en particular tras el secuestro y desaparición de su marido y también dirigente comunista Jorge Muñoz, en 1976.
Marín también es recordada por haber presentado, en 1998, la primera querella en Chile contra el general Pinochet.
Ese mismo año postuló a la Presidencia del país, en los comicios que convirtieron en mandatario a Ricardo Lagos.
En 2003 se le diagnosticó un glioblastoma multiforme (tumor cerebral), y fue tratada en Suecia y Cuba.
Al entrar en la fase terminal del "cáncer hipócrita", como ella misma lo llamaba, optó por permanecer en Chile.

Se fue la "Pasionaria chilena"

Marín fue presidenta del Partido Comunista (PC), diputada, colaboradora del gobierno de Salvador Allende y candidata a la Presidencia en 1998, pero sobre todo destacó como una de las más férreas opositoras al régimen de facto de Augusto Pinochet (1973-1990).
Sus apodos -uno de ellos tomado de la mítica comunista española Dolores Ibarruri- no son gratuitos: ningún otro líder político chileno defendió sus ideas con más pasión y consecuencia que ella, tanto que su figura logró traspasar las barreras ideológicas, transformándola en una figura respetada tanto por sus seguidores como por sus adversarios.
Esto se ha notado a la hora de su muerte. El presidente, Ricardo Lagos, decretó 48 horas de duelo nacional y miles de personas han llegado hasta la capilla ardiente levantada en su honor en la sede del antiguo Congreso de Chile, en el centro de Santiago, para darle un último adiós a Marín.
Varios son dirigentes políticos, pero también hay muchos chilenos que la admiraron por la tenacidad de su lucha en defensa de los derechos humanos, primero desde el exilio en Holanda, luego desde la clandestinidad y finalmente en la calle y los tribunales.

Querella histórica
Marín alzó reiteradamente su voz contra Pinochet y, de hecho, el 12 de enero de 1998, pasó a la historia al presentar la primera querella contra el ex gobernante militar por delitos de genocidio, secuestro, asociación ilícita e inhumación ilegal.
Hace un año, cuando ya el cáncer al cerebro que le causó la muerte minaba su salud, la líder del PC reiteró que los comunistas no dejarán de buscar a los detenidos desaparecidos del período pinochetista.
"No vamos a descansar hasta que Pinochet reciba el castigo merecido", dijo en muchas ocasiones.
Sin embargo, falleció sin que se hubiese dictado sentencia en ninguno de los juicios que inició contra Pinochet.
Ahora, la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, afirmó que "el legado que nos dejó lo vamos a hacer nuestro y vamos a seguir buscando a su marido", el también dirigente comunista Jorge Muñoz, desaparecido desde 1976.

"Dolores profundos"
Este domingo, los homenajes no cesaron.
La diputada Isabel Allende Bussi -hija del mandatario derrocado por Pinochet, Salvador Allende- llegó al velorio con su madre de 90 años.
La parlamentaria recordó a Marín como "una extraordinaria luchadora social, una mujer con mucho valor, coraje y consecuente con sus ideas".
El gobierno de Lagos envió sus condolencias a los familiares y al Partido Comunista en un comunicado leído por el portavoz, Francisco Vidal.
El texto subraya que "estamos seguros de que la recordaremos como una mujer luchadora, de temple, que enfrentó sin descansar los rigores del régimen militar con dolores profundos, vividos en carne propia en el seno de su familia, una mujer que abrió espacios al nuevo rol de las mujeres en nuestro país".
"Este es un momento difícil no sólo para los comunistas sino también para las agrupaciones de derechos humanos y todos los chilenos, porque hemos perdido a una gran dirigente como pocas, consecuente hasta el final", sostuvo por su parte Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Líderes de la derecha chilena también homenajearon a Marín. El secretario general de la opositora Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, expresó que "creemos que fue una dirigente excepcional no compartimos sus ideas, pero ella siempre lo discutió y peleó por ello lealmente. Eso es muy destacable y muy rescatable".
Y el gobierno de Cuba -con el que Marín mantuvo estrechos lazos- lamentó su muerte a través de una nota divulgada por la televisión estatal y la Agencia de Información Nacional (AIN), que decía que "con su desaparición física, Chile pierde a una de sus hijas más ilustres y el movimiento revolucionario latinoamericano una de sus figuras más admirables y queridas".

"Mi pasión"
Antes de morir, Marín alcanzó a publicar su autobiografía, "La vida es hoy", prologada por el famoso cantautor cubano Silvio Rodríguez, de quien era amiga hace años.
"Con la vida de Gladys sucede la de Chile. No hay acontecimientos en las décadas que no implique una huella mutua", dice el prólogo de Rodríguez.
"Gladys Marín ha sido y es una combatiente de lo grande y lo pequeño, una abridora de ventanas y de puertas, un valioso ejemplar de condición humana que nos muestra su historia, de la que todos formamos parte", agrega el cantautor.
El libro fue presentado en Cuba en febrero de 2004 y en su presentación, Marín reconoció que "he tenido mi cruz, porque los imperfectos, los impuros, los simples seres humanos pasamos por pruebas apocalípticas".
"Pero mi pasión, mi convicción, mi fe en una vida de seres iguales, libertaria, fraterna, me dice que habrá un mañana parido por millones que fueron quedando en la barricada de la vida, desaparecidos por el hambre, la exclusión social y la muerte, y que supieron hacer de su existencia murales, puertas, destellos que acompañaran siempre la lucha de la humanidad".
Los funerales de Marín se realizarán este martes en el Cementerio General de Santiago.

(Tomado de BBC)

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