18 diciembre 2004

Soldados objetan la guerra de Irak

Más de 5 mil soldados estadounidenses han desertado desde que se inició la invasión de Irak en marzo del 2003. Entre ellos, Pablo Paredes, un marino puertorriqueño cuyo padre es ecuatoriano, que este 6 de diciembre se negó a abordar el barco de la Armada, en San Diego, que lo llevaría a Irak junto a tres mil de sus compañeros.
La Marina de Estados Unidos lo declaró desertor esta semana y un oficial dijo que buscaría su arresto, aunque se esperaba que Paredes se entregara a las autoridades navales este fin de semana.
Paredes, de 23 años, casado, se presentó al puerto el día en que le correspondía embarcar con una camiseta que decía: “Como un miembro del gabinete, renuncio”.
En una entrevista con el diario El Nuevo Día, de Puerto Rico, dijo que no quería ir a Irak porque estaba en contra de la violencia y de “casi todas las guerras en las que ha participado Estados Unidos en los últimos 50 años”. Paredes agregó que Estados Unidos no estaba interesado en capturar a Osama bin Laden sino sólo le importaba proteger las fuentes de abastecimiento de petróleo.
“No quiero ser parte de un barco que lleva 3,000 marinos a Irak, sabiendo que cien o más no regresarán”, dijo Paredes al diario San Diego Union Tribune.
La actitud de Paredes es reflejo de lo que muchos piensan sobre la guerra, pero que pocos se atreven a expresar.
El mismo día en que el marino se rehusó a abordar su barco hacia la guerra, ocho soldados en servicio activo demandaron al ejército por obligarlos a continuar en servicio después de la fecha en que suponía debían ser dados de baja. Muchos otros han huido a Canadá para evitar ser enviados a Irak.
Hoy sábado se realizó una vigilia y protesta en San Diego en apoyo a Pablo Paredes.
Otro soldado latino, Camilo Mejía, fue sentenciado en mayo a un año de prisión militar, la máxima pena permitida, por negarse a regresar a combatir a Irak. Mejía era un sargento de la Guardia Nacional de Florida y se convirtió en el primer soldado enjuiciado por desertar después de haber participado en la guerra de Irak.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) declaró que Mejía “cree que ha sido enviado a prisión por su objeción de conciencia a la guerra en Irak” y adoptó su caso como el de un “prisionero de conciencia”. AI hizo un llamado al gobierno de Estados Unidos para su inmediata liberación.
La guerra en Irak continúa intensificándose en lugar de amainar. La ofensiva aliada contra Faluya no logró desarticular la resistencia o insurgencia iraquí y los atentados y ataques contra las tropas estadounidenses y civiles han aumentado.
Hasta ayer, había muerto 1,304 soldados estadounidenses en Irak, de acuerdo al recuento de Iraqi Coalition Casualty Count, que lleva un registro de las bajas en el Internet.
Hoy se informó que la Guardia Nacional de Estados Unidos tiene un déficit de 10, 000 efectivos debido a que ha fallado en cumplir con las cuotas de conscripción voluntaria en los dos últimos meses.
La Guardia Nacional anunció que triplicaría el bono que reciben los soldados que se quieren volver a enlistar y que aumentaría en un 67% el bono para los que se enlistan por primera vez.
Como lo advirtió John Kerry, el candidato demócrata que fue derrotado por Bush en las elecciones presidenciales del 2 de noviembre, nos acercamos a un reclutamiento militar obligatorio a medida que la guerra se prolonga y los recurso humanos se agotan... o mueren.

Posted by Jaime E. Olivares

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