03 noviembre 2004

¿Están listos para otros cuatro años de Bush?

Aunque no nos guste, tenemos que acostumbrarnos a la idea. Las elecciones fueron más o menos limpias (a diferencia de la efectivísima y sucia campaña del miedo de los republicanos), el presidente consiguió esta vez la mayoría de los votos populares y Kerry admitió graciosamente su derrota después de confirmar que las matemáticas no lo ayudaban y los abogados tampoco.
Además de la reelección de Bush, hay otras malas noticias que salieron de esta elección:
La proporción de hispanos que votaron por Bush fue mucho más alta que en el 2000 y superó todos los pronósticos, incluso los de los republicanos. ¿Qué pasó ahí? Estoy escribiendo algunas ideas para un análisis que publicaré mañana en la noche.
La Proposición 200 fue aprobada –como se esperaba- en Arizona. Esto va a ser el comienzo de una cacería de brujas contra los inmigrantes en ese estado. Me dio mucha tristeza ver en la televisión a un latino de Phoenix expresando su satisfacción por el resultado favorable de la Prop. 2000. Lo más probable es que él o alguien de su familia será afectado por esta nueva ley que contribuyó a aprobar.
Los republicanos ganaron escaños en el Senado federal y mantuvieron el control de la Cámara de Representantes. Esto significa que será mucho más difícil que se aprueben leyes como la Dream Act, AgJobs y otras que benefician a los inmigrantes. Y ni siquiera hay que pensar en la posibilidad de una legalización para los indocumentados. Ya Bush lo dijo claro: “no voy a permitir una amnistía”. Lo que hará es crear un programa para braceros temporales que estarán obligados a regresar a sus países al vencer su permiso, no podrán traer a sus familias ni solicitar la residencia permanente aquí mientras estén trabajando en Estados Unidos.
En California, por un margen reducido, los votantes rechazaron la Proposición 72, que habría dado seguro médico a millones de empleados de bajos salarios que ahora no lo tienen porque no pueden costearlo. También derrotaron la Proposición 66, que buscaba reformar la draconiana ley de “tres delitos y fuera” para evitar que muchos jóvenes sean condenados a 25 años de prisión enviados por robar un pan o una soda, si antes han cometido dos delitos leves.

Entre las cosas positivas, destaca la elección de dos latinos al Senado federal. El republicano Mel Martínez, en Florida, y el demócrata Ken Salazar, de Colorado. Ellos son los primeros senadores hispanos en la historia del país que no vienen de Nuevo México, estado donde casi la mitad de la población es latina.
Aunque la elección de estos senadores latinos nos parece muy alentadora, todavía estamos muy lejos de lograr una proporción equitativa de legisladores hispanos en el Congreso de Estados Unidos.
Dos senadores hispanos representan apenas el 2% de los 100 miembros del Senado federal. En la Cámara de Representantes la situación es un poco mejor, los congresistas latinos son alrededor del 4.7% del total. Esas cifras están muy por debajo del peso demográfico de los hispanos en el país, que es del 14%.
Algunos historiadores afirman que la evolución de la humanidad es como una espiral ascendente, con aparentes retrocesos que nunca son tan pronunciados como para regresar a un mismo punto del pasado.
Esperamos que este retroceso no sea ni demasiado profundo ni muy prolongado.

Posted by Jaime E. Olivares

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