19 junio 2004

Un alcalde latino para Los Ángeles
Por Jaime E. Olivares

Poco a poco las piezas del ajedrez político de Los Ángeles comienzan a acomodarse otra vez para formar un escenario similar al del año 2001, cuando muchos tuvimos la esperanza de que, por fin, la ciudad elegiría el primer alcalde latino desde que Cristóbal Aguilar dejó el cargo en diciembre de 1872.

En la contienda del 2001, Antonio Villaraigosa ganó por un buen margen la elección primaria, pero no lo suficiente como para evitar ser arrastrado a una segunda vuelta electoral en que los republicanos de Steve Soboroff, candidato que obtuvo el tercer lugar, se inclinaron masivamente por el actual alcalde, James Hahn, dándole un triunfo que quizás no merecía.

La razón era obvia: el establishment no vota por un candidato progresista o “liberal” –esa palabra que suena a insulto entre los republicanos-, y mucho menos por alguien tan estrechamente vinculado a los sindicatos.

También estuvo presente entonces, y lo sigue estando ahora, el factor étnico. Muchos prefirieron a Hahn sólo porque, como dijo un votante de la comunidad en que resido, “yo no voto por mexicanos”. Es decir, en la distorsionada mentalidad colectiva de algunos, los latinos siguen siendo extranjeros aunque hayan nacido aquí y sus familias hayan vivido en esta tierra por generaciones y generaciones.

Pero ahora no tenemos a Villaraigosa... todavía.

Tal vez –no es seguro- el actual concejal angelino y ex presidente de la Asamblea de California considere más adelante su candidatura a la alcaldía de esta ciudad. Tendremos que esperar, sobre todo, por los desarrollos y resultados que se produzcan en la contienda presidencial que culminará el 2 de noviembre.

Villaraigosa es uno de los dirigentes de la campaña presidencial de John Kerry. Si el aspirante demócrata se convierte en el próximo mandatario de Estados Unidos, lo que es muy probable dado el desprestigio de George W. Bush por su fracasada e injustificada guerra contra Irak, Villaraigosa podría ser llamado a ocupar un alto puesto en la nueva administración de la Casa Blanca.

Si eso ocurre, Villaraigosa se enfrentará a una decisión difícil por la responsabilidad que implica ante sus electores angelinos. Es una decisión que podría alejarlo definitivamente de la contienda por la alcaldía de Los Ángeles, pero está por verse si la seducción de un cargo nacional es suficiente como para trizar el sueño de muchos latinos en esta ciudad.

Existe casi un consenso de que él sería la mejor carta demócrata y latina para desplazar a Hahn, pese al divisionismo que creó en algunos círculos el hecho de que hubiera arrebatado su cargo de concejal a Nick Pacheco, el año pasado, para asegurar la continuidad de su carrera política como funcionario electo.

Una encuesta realizada a fines de mayo indica que Villaraigosa, sin ser candidato todavía, derrotaría a Hahn si las elecciones municipales se efectuaran ahora. El valor de la encuesta, sin embargo, ha sido puesto en duda debido que fue patrocinada por la poderosa Asociación de Maestros de California (CTA), organización gremial para la que trabajó Villaraigosa en el pasado y que lo ha apoyado en virtualmente todas las elecciones en las que se ha presentado.

Las acusaciones de corrupción entre funcionarios de su administración, el fracaso de su plan de renovación de LAX y la falta de liderazgo han puesto a Hahn en una posición vulnerable. Pocos creen que será reelegido.

Mientras tanto, otro político latino de larga trayectoria ha manifestado su intención de ser candidato a alcalde de la ciudad. Se trata del senador estatal demócrata Richard Alarcón, ex concejal angelino que cuenta con una amplia base de apoyo en el Valle de San Fernando.

Alarcón ha sido un excelente concejal y legislador, pero no cuenta con el apoyo político ni el carisma que tiene Villaraigosa. En una campaña en la que tendrá que competir, además de Hahn, con el ex presidente de la Asamblea Bob Hertzberg -otro peso pesado demócrata-, probablemente quedaría disputando un tercer puesto con el concejal Bernard Parks, quien también ha lanzado su candidatura a la alcaldía.

Si Villaraigosa no entra al ruedo, Hertzberg podría ser el próximo alcalde de Los Angeles.

La incógnita en las elecciones marzo es quién será el candidato republicano que reúna los requisitos de popularidad y respaldo necesarios para derrotar a los aspirantes demócratas. Necesitarían a un fenómeno político de la talla de Arnold Schwarzenegger.

La comunidad latina merece un alcalde salido de su seno. La mitad de la población de Los Angeles es hispana y sigue estando subrepresentada en el gobierno de la ciudad. Las elecciones municipales del 2005 son una oportunidad más de enmendar esa situación.


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