11 septiembre 2004

El Otro 11 de Septiembre

Más de 5 mil personas marcharon hoy por el centro de Santiago de Chile para rendir homenaje a las víctimas del golpe de estado, encabezado por Augusto Pinochet, que hace 31 años derrocó al presidente Salvador Allende y rompió la larga tradición democrática chilena.

El 11 de septiembre de 1973, los militares comandados por Pinochet bombardearon el palacio de gobierno, La Moneda, y se apoderaron de las principales bases militares, navales y aéreas del país iniciando una de las peores dictaduras de América Latina, que se prolongó por 17 años.

La sangrienta represión que siguió al golpe dejó un saldo de 2,095 muertos y 1,102 “detenidos desaparecidos”, de acuerdo a las conservadoras cifras publicadas por la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Chile. Varios miles más fueron torturados y apresados durante el régimen de Pinochet.

El presidente Allende prefirió quitarse la vida en La Moneda antes que rendirse a los militares golpistas. El laureado poeta Pablo Neruda falleció pocos días después del golpe al empeorar su ya delicado estado de salud, tras enterarse del derrumbe de la democracia en su país y el pisoteo de los derechos humanos por los cuales siempre había luchado.

La represión, persecución y los crímenes de la dictadura de Pinochet no se limitaron al territorio nacional sino se extendieron también a otros países, como Argentina, Uruguay, Brasil, Estados Unidos y Italia.

El 30 de septiembre de 1974, el ex general y ex comandante en jefe del ejército chileno, Carlos Prats, fue asesinado en Buenos Aires, donde vivía exiliado con su familia. Una bomba colocada bajo su automóvil terminó con su vida y la de su esposa Sofía. La siniestra policía secreta de Pinochet, conocida como la DINA, estuvo involucrada en ese atentado terrorista en la capital argentina.

El 6 de octubre de 1975, Bernardo Leighton, un ex vicepresidente de Chile durante el gobierno demócrata cristiano de Eduardo Frei y acérrimo opositor de los golpistas, fue víctima de un intento de asesinato en Roma, Italia, donde vivía exiliado. Él y su esposa Anita resultaron gravemente heridos y quedaron paralizados por los impactos de balazos disparados por desconocidos. Más adelante se descubrió también la vinculación de la DINA en ese atentado e incluso se identificó al agente Michael Townley como uno de los autores.

Townley estuvo también involucrado en otro atentado internacional contra figuras políticas chilenas en el exilio, como fue el perpetrado en Washington, DC, el 21 de septiembre de 1976. En esa fecha, el ex canciller chileno y ex embajador del gobierno de Allende en Estados Unidos, Orlando Letelier, murió junto a su secretaria Ronnie Moffit, al estallar una bomba puesta bajo su auto.

Estos atentados son sólo tres de los más destacados cometidos en el exterior durante la dictadura de Pinochet. Bajo las órdenes del dictador, la DINA creó una organización represiva internacional con la cooperación de militares y servicios de inteligencia de otros regímenes dictatoriales sudamericanos, que se llamó Operación Cóndor”.

En la Operación Cóndor estuvieron involucrados, además de Chile, funcionarios gubernamentales y militares de Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. De acuerdo a documentos desclasificados el año pasado por el gobierno norteamericano, los responsables de la política exterior de Estados Unidos sabían de la operación y no hicieron nada para detenerla.

Han pasado 31 años del golpe militar de Pinochet, pero el ex dictador jamás ha sido condenado por sus crímenes, pese a las numerosas evidencias que existen de su directa participación en ellos.

En octubre de 1998, Pinochet fue detenido en Londres, Inglaterra, a petición del juez español Baltasar Garzón, quien investigaba varios crímenes cometidos contra ciudadanos españoles durante las dictaduras sudamericanas en las décadas de los 70 y 80. Pinochet estuvo bajo arresto domiciliario, primero en una clínica y luego en una casa alquilada en un suburbio de Londres, durante casi año y medio antes de ser liberado por razones humanitarias.

En Chile se han intentado varias acciones judiciales en contra del ex dictador, pero hasta ahora no se ha logrado ninguna condena definitiva. Las familias de varios de los asesinados o desaparecidos durante la dictadura han interpuesto numerosas demandas en su contra y algunas han avanzado al grado de lograr la suspensión de la inmunidad que tiene Pinochet en su calidad de senador “vitalicio” de Chile.

Un nuevo escándalo ha involucrado al ya anciano ex dictador en los últimos meses. Una investigación estadounidense sobre las fuentes de financiamiento de los terroristas descubrió que Pinochet tenía cuentas secretas en el Banco Riggs de Washington. Un informe interno de esa institución bancaria, realizado en 1998, indicaba que el patrimonio de Pinochet estaba valuado entre 50 y 100 millones de dólares, y que sus ingresos anuales ascendían a entre 100,000 y 150,000 dólares anuales.

El Servicio de Impuestos Internos de Chile está ahora investigando los bienes y cuentas de Pinochet y un juez levantó una causa en contra del ex dictador por supuesto enriquecimiento ilícito. Todos se preguntan cómo un general de ejército puede tener una fortuna de tal magnitud.

La historia de los grandes criminales muestra que algunos de ellos fueron enviados a la cárcel no por sus crímenes sino por violaciones a la ley en materias financieras. Es el caso de Al Capone, el famoso gangster acusado de innumerables asesinatos y asaltos, que finalmente fue encarcelado por fraude al fisco al no pagar sus impuestos.

¿Terminará éste siendo el caso de Pinochet?

Posted by Jaime E. Olivares

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